San Cipriano es llamado el «Santo de las Brujas» porque inicialmente fue un mago que se convirtió al cristianismo debido a una mujer cristiana llamada Justina. Envió un demonio para secuestrarla, y ella repelió al demonio haciendo la señal de la cruz. Este acto conmovió tanto a Cipriano, que se convirtió al cristianismo.
Los magos, los ocultistas y los practicantes espirituales por igual son favorecidos por San Cipriano, él es su santo patrón. Así como San Cipriano protege a los practicantes espirituales, también protege contra ellos. Hay muy poco que él no pueda hacer o darte. San Cipriano es todopoderoso y puede invocarse para localizar objetos o personas perdidas (perdidas o robadas), así como para curar.
El aceite de los hechizos de San Cipriano
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Inclusive, existe el aceite para hechizos de San Cipriano, este aceite se puede utilizar para la curación, el trabajo de descruzamiento y la protección contra todos y cada uno de los ataques psíquicos, la magia destructiva y los ataques espirituales. Utiliza este aceite de San Cipriano para protegerte contra la influencia o el trabajo destructivo de otros trabajadores ocultos y/o magos.
El aceite de San Cipriano está elaborado con los siguientes ingredientes:
- Raíz maestra: Se puede usar para hacer que seas más poderoso, desarrollar tus poderes psíquicos y varios poderes mágicos.
- Mirra: Sus objetivos son la purificación y limpieza (tanto la limpieza espiritual como la limpieza de elementos físicos), protección y sanación. También, para ritos funerarios, conexión con los muertos y el inframundo.
- Incienso: La resina de incienso es útil para fumigar espacios sagrados en la preparación de cualquier ritual, ya que quema la negatividad y aumenta la energía del espacio. Algunos creen que este es el incienso más poderoso y útil para este propósito y también se usa para exorcismos por su alta energía espiritual.
- Hoja de acacia: Es ideal para la purificación; ayuda a los poderes psíquicos, meditación, amor platónico, conciencia psíquica, purificación, inspiración, sabiduría, visiones, protección; sueños proféticos, espiritualidad, dinero.
- Raíz de Beth: Se usa para devolver los hechizos malignos a su origen y para eliminar maleficios.
- Ajenjo: El ajenjo también se puede usar en hechizos para devolver magia dañina a su remitente y para hechizos de venganza.
¿Quién fue San Cipriano?
Cuenta la leyenda que el santo San Cipriano de Antioquía fue un hechicero pagano profundamente dotado en el siglo III EC que estudió y se formó en las artes esotéricas en todo el Viejo Mundo desde la juventud hasta la edad adulta. Finalmente se encontró con la devota virgen cristiana Justina, a quien intentó influir mágicamente con fines amorosos enviándole demonios.
Sus esfuerzos, sin embargo, fueron efectivamente reprendidos por los repetidos gestos de la señal de la cruz de Justina, loca sin molestias y sin sexo para dar. Su agenda fue derrotada, San Cipriano finalmente se convirtió en obispo. Tanto él como Justina fueron posteriormente martirizados al ser hervidos en un caldero y decapitados.
Generalmente se cree que continuó practicando la magia y la hechicería después de su conversión y de ser hecho clérigo.
Santo patrón no oficial de magos, prestidigitadores, brujas, nigromantes, adivinos y videntes, sigue siendo una figura importante en la brujería ibérica, la brujería mexicana y el catolicismo popular en general. Además, tiene un papel especial en la jerarquía de la Quimbanda brasileña, y en algunas partes de Perú es honrado en el papel arquetípico de Primer Chamán.
Hoy en día existe una plétora de grimorios ya sea atribuidos directamente al santo o que afirman haber sido canalizados por él. San Cipriano de Antioquía, que contiene miles de trabajos que cubren el vasto alcance de las intenciones mágicas, es particularmente conocido por ayudar con:
- Rompimiento de maldiciones, limpieza espiritual y exorcismo de personas y espacios.
- Cultivar habilidades en las artes mágicas y adivinatorias.
- Procurar, cultivar y mediar relaciones con otros aliados mágicos y espirituales.
- Magia de protección, unión, ataque y reversión.
Al igual que con muchos espíritus, pero quizás con menos frecuencia que con la mayoría de los santos, no todas las personas pueden trabajar con San Cipriano. Sin embargo, correspondería a aquellos que pueden, prestar atención al llamado y dar un paso adelante para comprometerse y permanecer en una relación correcta con él a través de la devoción, las ofrendas, el aprendizaje centrado en el corazón y los actos de caridad realizados en su nombre.
Hechizos de San Cipriano en contra de los malos espíritus
Si quieres alejar y combatir a los malos espíritus de tu entorno, hay una oración a San Cipriano que seguro te será de gran ayuda:
¡Oh padre poderoso! ¡Oh madre, la más tierna de las madres! ¡Oh admirable muestra de ternura maternal! ¡Oh niño, niños de las flores! ¡Oh forma de todas las formas! Alma, espíritu, armonía de todas las cosas. Ha sido preservado de todos los espíritus malignos que nos asedian continuamente sin que lo sepamos. Amén.
Hechizos de San Cipriano para que regrese un ser amado
Por los poderes de San Cipriano y 3 almas que vigilan a San Cipriano (di el nombre de tu ser amado) ahora regresa, tú vendrás a mí arrastrándote y lleno de amor, con ganas de volver para pedirme perdón por mentir. Me pedirás noviazgo y después nos casaremos lo más rápido posible.
San Cipriano tendrá ese poder de hacerlo olvidar de una vez y dejar a cualquier hombre o mujer que esté en su cabeza y luego resumir y declarar para que todos vean que él está conmigo ahora y para siempre.
San Cipriano aleja a (nombre del ser amado) de cualquier persona, para que solo me mire a mí en todo momento. Hoy y ahora deseando estar a mi lado, que tenga la seguridad de que soy la persona perfecta, que (nombre del ser amado) no pueda vivir sin mi amor. Siempre tendrá mi imagen en sus pensamientos para todos los momentos.
Ahora donde esté y con quien esté, me buscará porque piensa en mí. Sueña conmigo y se despierta para pensar en mí y quererme. En todos los momentos de tu vida piensa en mí, debes querer verme, sentirme, olerme, tocarme con amor. Que (nombre de tu ser amado) quiera abrazarme, besarme, protegerme. Que me quiera las 24 horas de todo el día, que me quiera más cuando oye mi voz.
Gracias San Cipriano que obras a mi favor.
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