En la naturaleza, encontramos la geometría sagrada en patrones, diseños y estructuras desde las partículas más minúsculas, a las expresiones de vida discernibles por los ojos humanos, al cosmos mayor.
Estos siguen inevitablemente arquetipos geométricos, que nos revelan la naturaleza de cada forma y sus resonancias vibracionales. También son simbólicos del principio metafísico subyacente de la relación inseparable de la parte con el todo.
Es este principio de unidad que subyace a toda la geometría sagrada que impregna la arquitectura de todas las formas en su gran diversidad. Este principio de interconexión, inseparabilidad y unión nos brinda un recordatorio continuo de nuestra relación con el todo, un plan para la mente sobre el fundamento sagrado de todas las cosas creadas.
La esfera
Comenzando con lo que puede ser la forma más simple y perfecta, la esfera es la máxima expresión de unidad, integridad e integridad.
No hay un punto de vista dado mayor o menor importancia, y todos los puntos en la superficie son igualmente accesibles y considerados por el centro desde donde se originan.
Los átomos, las células, las semillas, los planetas y los sistemas estelares globulares se hacen eco del paradigma esférico de la inclusión total, la aceptación, el potencial y la fructificación simultáneos, el macrocosmos y el microcosmos.
El círculo
El círculo es una sombra bidimensional de la esfera que se considera a lo largo de la historia cultural como un icono de la unidad inefable; El cumplimiento indivisible del Universo. Todos los demás símbolos y geometrías reflejan diversos aspectos de la perfección profunda y consumada del círculo, la esfera y otras formas dimensionales superiores de estos que podríamos imaginar.
La relación de la circunferencia de un círculo a su diámetro, Pi, es el número original trascendental e irracional. (Pi es igual a 3.14159265358979323846264338327950288419716939937511…) No puede expresarse en términos de la proporción de dos números enteros, o en el lenguaje del simbolismo sagrado, la esencia del círculo existe en una dimensión que trasciende la racionalidad lineal que contiene.
Nuestras perspectivas de la geometría sagrada, holísticas, sentimientos e intuiciones abarcan los elementos finitos de las ideas que están dentro de ellas, pero tienen una mayor sabiduría de la que pueden expresar esas ideas por sí solas.
El punto
En el centro de un círculo o una esfera siempre hay un punto infinitesimal. El punto no necesita dimensión, pero abarca todas las dimensiones. La trascendencia de las ilusiones del tiempo y el espacio da lugar al punto de aquí y ahora, nuestra luz más primordial de la conciencia.
En la naturaleza, encontramos la geometría sagrada en patrones, diseños y estructuras desde las partículas más minúsculas
La proverbial «luz al final del túnel» está siendo validada por la literatura cada vez mayor sobre las llamadas «experiencias cercanas a la muerte». Si nuestra esencia es verdaderamente omnipresencia espiritual, entonces tal vez el «punto» de nuestro ser «aquí» es reconocer la unidad que compartimos, validando a todos los «individuos» como aspectos igualmente preciosos y sagrados de esa persona.
La vida como la conocemos está intrínsecamente entrelazada con formas de geometría sagrada, desde los ángulos de los enlaces atómicos en las moléculas de los aminoácidos, a las espirales helicoidales del ADN, al prototipo esférico de la célula, a las primeras células de un organismo.
Que asumen formas vesical, tetraédrica y estrella (doble) tetraédrica antes de la diversificación de tejidos para diferentes funciones fisiológicas. Nuestros cuerpos humanos en este planeta se desarrollaron con una progresión de geometría sagrada común de una a dos a cuatro a ocho células primarias y más allá.
Casi en todas partes donde miramos, la inteligencia mineral encarnada dentro de las estructuras cristalinas sigue una geometría sagrada inquebrantable en su exactitud. Todos los patrones de celosía de los cristales expresan los principios de la perfección matemática y la repetición de una esencia fundamental, cada uno con un espectro característico de resonancias definido por los ángulos, longitudes y orientaciones relacionales de sus componentes atómicos.
La raíz cuadrada de dos
La raíz cuadrada de 2 encarna un profundo principio de todo el ser más que la suma de sus partes. (La raíz cuadrada de dos es aproximadamente 1.414213562 …) Las dimensiones ortogonales (ejes en ángulos rectos) forman la unión conyugal de la horizontal y la vertical que da a luz a la descendencia mayor de la hipotenusa.
La nueva generación posee la capacidad de síntesis, crecimiento, integración y reconciliación de polaridades al abarcar ambas perspectivas por igual. La raíz de dos que se originan conduce a una mayor unidad, una expresión superior de su verdad esencial, fiel a su linaje.
El hecho de que la raíz sea irracional expresa el concepto de que nuestras facultades de dimensiones superiores no siempre pueden expresarse necesariamente en términos dimensionales de orden inferior, por ejemplo, “Y la luz brilla en las tinieblas; y la oscuridad no lo comprendió ”(del Evangelio de San Juan, Capítulo 1, versículo 5).
De la misma manera, tenemos la capacidad de superar las limitaciones programadas genéticamente de nuestros antepasados, si podemos cambiar a un nuevo marco de referencia (es decir, neutral con respecto a los ejes anteriores, pero formado a partir de esa conjugación matriz-semilla.
Nuestro diccionario se refiere a la matriz de palabras como matriz y matriz (o retícula). ¡Nuestro lenguaje tiene algunas metáforas maravillosas incorporadas si las buscamos!
La proporción de oro
La proporción de oro (a.k.a. phi ratio a.k.a. corte sagrado a.k.a. media dorada a.k.a. proporción divina) es otra medida fundamental que parece surgir en casi todas partes, incluidos los cultivos. (La proporción de oro es de aproximadamente 1.61803398874989484845456868365638117720309180…)
La proporción de oro es la proporción única de tal manera que la relación de la totalidad a la porción más grande es la misma que la relación de la porción más grande a la porción más pequeña.
Como tal, simbólicamente vincula a cada nueva generación con sus ancestros, preservando la continuidad de la relación como el medio para volver sobre su linaje.
La geometría sagrada impregna la arquitectura de todas las formas en su gran diversidad
El matemático acreditado con el descubrimiento de esta serie es Leonardo Pisano Fibonacci y hay una publicación dedicada a difundir información sobre sus propiedades matemáticas únicas, The Fibonacci Quarterly
Las proporciones de Fibonacci aparecen en la proporción del número de brazos espirales en las margaritas, en la cronología de las poblaciones de conejos, en la secuencia de los patrones de hojas a medida que se enrollan alrededor de una rama, y en una gran cantidad de lugares en la naturaleza en los que existen patrones autogenerados.
La secuencia es la progresión racional hacia el número irracional encarnado en la proporción de oro por excelencia.
Esta proporción más estéticamente agradable, phi, ha sido utilizada por numerosos artistas de la geometría sagrada desde y probablemente antes de la construcción de la Gran Pirámide.
Como los estudiosos y artistas de épocas pasadas descubrieron como Leonardo da Vinci, Platón y Pitágoras, el uso intencional de estas proporciones naturales en el arte de diversas formas que expande nuestro sentido de la belleza, el equilibrio y la armonía a un efecto óptimo.
Leonardo da Vinci usó la geometría sagrada y la proporción de oro en su pintura de La última cena, tanto en la composición general tres rectángulos de oro verticales, y un decágono que contienen la proporción de oro para la alineación de la figura central de Jesús.
El contorno del Partenón en la Acrópolis, cerca de Atenas, Grecia, está encerrado por un rectángulo de oro por diseño.
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Mi nombre, María Eugenia, me parece espectacular el video. Me gustaría saber, si lo puedo publicar en mi página.
Hola Maria Eugenia!!! Si, por supuesto